Universitat Rovira i Virgili

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Diccionario de historia de la enseñanza del francés en España (siglos XVI-XX)

MÉTODO DIRECTO

La denominación "método directo" no se impone hasta principios del siglo XX, coexistiendo con otras denominaciones: "método de la reforma", "método analítico", método activo, intuitivo, etc. Se traslada con ello la principal novedad que aporta tal método: "La méthode directe, c'est [...] par définition, celle d'après laquelle on enseigne une langue directement, c'est-à-dire sans l'intermédiaire de la langue maternelle"  (Rochelle, 1906 : 4).

Contexto social e institucional

En la segunda mitad del siglo XIX se producen en Europa profundos cambios sociales y económicos: el desarrollo de la producción manufacturera en serie; la colonización por parte de varios países europeos de extensos territorios de África y Asia; el desarrollo del comercio; la revolución en los sistemas de transporte ("Les chemins de fer sont le meilleur auxiliaire de l'étude des lan­gues", M. Bréal, 1889: 532); el aumento de intercambios personales, (emigraciones, viajes, expediciones en busca de aventuras, expediciones científicas)... Todo ello genera la ruptura de las fronteras, la curiosidad hacia el "otro", el deseo de conocer otras civilizaciones, países, gentes, literaturas... El conocimiento de lenguas vivas adquiere un carácter "necesario", desde el punto de vista individual y social: "Au temps où nous vivons, au XXe siècle, la pénétration de toutes les na­tions, leur dépendance mutuel­le par le commerce, par l'indus­trie, par la science, et aussi par la guerre, font un devoir à toutes les nations d'étu­dier les langues étrangères" (Georges Leygues, Minis­tre de l'Instruction Publique, 1904).

La disciplinarización del estudio de las lenguas modernas en los sistemas escolares europeos había extendido el conocimiento de las mismas entre capas cada vez más numerosas de la población, tanto en la segunda enseñanza (o media) como en escuelas superiores (comercio, veterinaria, etc.). Ahora bien, de modo especial en la segunda enseñanza, al estudio estaba orientado hacia la adquisición de una cultura humanista [véase /Método tradicional/], y no respondía a las demandas sociales, puesto que los alumnos no adquirían sino una serie de reglas abstractas, eran incapaces de hablar en la lengua extranjera, y conseguían tal vez comprender un texto escrito con gran dificultad.

Se exige así de modo urgente, por parte de los estamentos sociales, una modificación profunda en el estudio de las lenguas modernas, de modo que estas no sean "un outil de culture littéraire ou de gymnastique intellectuelle" (como denuncia la Circulaire francesa de 1901, ver más adelante), sino un instrumento de comunicación al servicio del desarrollo de los intercambios económicos, políticos, culturales y "turísticos" que surgen a finales del siglo XIX. La necesidad de una reforma se impone por tanto entre los propios profesores de lenguas vivas:

La méthode synthétique [...], méthode qui ne permet pas à l'élève d'accéder au sens profond de la langue parce qu'elle le bourre de règles, qui ne servent à rien, et qu'elle met trop l'accent sur l'écrit, a provoqué elle-même le désir d'une ré­forme de l'enseignement des langues vivantes (Ahn, in H. Christ, 1993:  15).

A partir de 1880, prestigiosos intelectuales europeos, profesores de Universidad, especialistas en lenguas (como Viëtor, Passy, Schweitzer, Sweet; algo más tarde, Jesperesen...) abogan por una modificación en los métodos de la enseñanza de la lengua. Se crean sociedades de profesores de lenguas vivas (ADNV en Alemania; SPLEF y APLV en Francia...), se celebran Congresos, se editan revistas (Neuphilo­logisches Centralblat, Die Neueren Sprachen, en Alemania; Zeits­chrift für franzö­sis­chen und englischen Un­terricht, en Suecia; Bolletino di Filologia M­oderna, en Italia; Revue de l'En­seigne­ment des Langues vivantes, Les langues mo­dernes, Bulletin de la Société pour la propagation des lan­gues vivantes en Fran­ce, en Francia; etc.). En España, el Boletín de la Insti­tución Libre de Ense­ñanza permitirá dar a conocer tales tendencias, si bien se trata de una revista generalista, y no especializada en las cuestiones lingüísticas. Es principalmente José de Caso (1889: La enseñanza del idioma. Bar­celona, Imprenta de Hernando y Compañía) quien difunde en España las nuevas ideas acerca de la enseñanza de la lengua (materna y extranjera). Expone así de modo rotundo: "La conversa­ción, así que se trate del idioma patrio o de una­ lengua ex­tran­jera, es a la vez medio y fin de su en­señanza; hablando se aprende a hablar, y no sin eso" (Caso, 1889: 16). Adelantándose a las casi seguras críticas que sus propuestas iban a generar, añade:

La enseñanza del idioma debe tener como base la prác­tica, debe fundarse en un sistema de ejercicios que adies­tren al que aprende en el uso de la lengua... ¿Y la teoría? La teoría nace de la reflexión sobre este uso... Surgirá pues, al paso con la práctica misma, y llegará en cada mo­mento hasta donde lo consienta la experiencia anterior del alumno en el conocimiento y manejo del idioma (Caso, 1889: 15).

Como puede comprobarse, el viento de la modernidad llega igualmente a España, si bien de modo más tímido: el Plan de estudios de 1900 indica así que: "No hay necesidad de consignar hasta qué punto debe ser práctico el trabajo de estu­diarlas [las lenguas vivas]" (véase más adelante, objetivos). Tal redacción ("el fin práctico") estaba presente desde las instrucciones que desarrollan de la Ley Moyano (1861 y siguientes), y desembocaba en los tradicionales ejercicios de aplicación de las principales dificultades gramaticales [véase /Método tradicional/], no estando presentes los manuales prácticos (Piferrer, Delaborde, adaptaciones de Ahn...) sino en las Escuelas profesionales superiores. En España, el MD no fue utilizado de modo extenso o institucionalizado, salvo en algunos colegios privados (como las "Jesuitinas", que tenían como libro de texto France y Pour les petits, de Mme Camerlynck), algunos centros dependientes de la Institución Libre de Enseñanza, la Escuela Central de Idiomas de Madrid y en algunas Escuelas de Comercio (cf. Fernández&Suso, 1999: 365-380). Por otra parte, el MD gozó  de un gran éxito de público en España durante todo el primer tercio del siglo XX en academias particulares como, por ejemplo, Berlitz [véase /Academias de francés/], y fue utilizado igualmente por profesores de Instituto, de modo individual [véase Bruño], según consta a partir de la publicación de manuales que reflejan los principios y los modos de hacer del MD. A nivel institucional, hasta el Cuestionario de 1927 no se observan reacciones oficiales con respecto a dicho método. Igualmente puede decirse que, si bien el método directo no se ha utilizado en España en su "pureza" o "radicalidad", queda testimonio de una utilización a través de fórmulas mixtas o eclécticas [véase /Método ecléctico/], que permiten asegurar que la influencia del MD llegó a España, sin la cual el devenir metodológico del primer tercio del siglo XX en España (véase el Cuestionario de 1927 y los Planes de Estudio de la República). Se puede citar como ejemplo el Instituto-Escuela de Madrid, como indica  la profesora de francés Odette Boudes, que escoge el Método directo, si bien luego matiza: "pero no rigurosamente, porque el profesorado de francés de la casa juzga útil la ayuda de la lengua española en ciertos casos" (in Rius, 2010: 152). De este modo, en la descripción del método utilizado por dicha profesora, esta incluye la traducción hacia el español y la explicación de reglas gramaticales (in Rius, 2010: 152). Se mantiene no obstante una primacía de la lengua oral (lectura en voz alta de un texto por parte del profesor, repetición por parte de los alumnos, corrección de la pronunciación, explicaciones orales, preguntas orales sobre el texto, juegos, cantos, estampas). A partir del quinto curso, el escrito recupera su lugar central (lectura de textos, resúmenes, traducciones).

Cronología. Autores. Obras (gramáticas, manuales) de referencia

El método directo (MD en adelante) es resultado de una larga evolución metodológica cuyos representantes son los filantropistas alemanes del siglo XVIII (Basedow, Wolke), cuyos postulados pueden enmarcarse en una corriente pedagógica "práctica", y, más directamente, de la influencia de "precursores" tales como François Gouin  (1880: L'art d'enseig­ner et d'étu­dier les lan­gues, 1880) y Lambert Sauveur (De l'en­sei­gne­ment des langues vivan­tes, 1881), que recogen dicha tradición. El MD surge a modo de "revolución pedagógica" a finales del siglo XIX, a partir del llamamiento de  Viëtor (bajo el pseudónimo: Quousque tándem): Der Sprachunterricht muss umkehren de  1882. Su aplicación se efectúa principalmente en los países del norte de Europa a finales del siglo XIX y a  principios del siglo XX.

En Francia, el MD es impuesto como método obligatorio por una instrucción ministerial, la Circulaire du 15 novembre 1901 relative à l'enseignement des langues vivantes et instructions annexes : "[...] Au lycée et au collège, il faut employer la méthode qui donnera le plus sûrement et le plus rapidement à l'élève la possession effective de ces langues. Cette méthode, c'est la méthode directe". En Suecia, en 1904, el Ministerio de Educación aboga por una vía intermedia; de igual modo, en 1908, les autoridades educativas francesas moderan el discurso pedagógico y admiten el uso de un método mixto. En España, el Plan de estudios de 1900 propugna los objetivos siguientes para las lenguas vivas:

La lectura correcta, la traducción y la redacción corrientes deben ser el objeto principal, y si además en las clases se acostumbran desde el primer día Profesores y alumnos a ir gradualmente em­pleando el len­guaje, resultará la tarea provechosa y el éxito cierto.

Los profesores de francés españoles, amparados en el principio de la libertad de "cátedra", entenderán de muy diversas maneras estas orientaciones ministeriales, y tan solo se aplicarán las mismas en contextos particulares (academias; niños) o de formación profesional (Escuelas de comercio, Veterinaria, Escuelas de idiomas, etc.). Igualmente, algunos autores defienden un método directo para los alumnos de menor edad y componen manuales de inspiración directa para los niños, mientras que reproducen planteamientos eclécticos para los adolescentes debido a las exigencias de los Programas oficiales. Así, no pueden enmarcarse dentro del MD sino los siguientes autores (y/o manuales):

BRUÑO, G.M. (1910?). Método intuitivo de lengua fran­cesa hablada. Curso preparatorio, elemental y supe­rior. Madrid: Bravo Murillo,  6ª ed. la editorial Bruño continuará a publicar manuales de inspiración directa hasta los años 1960 y 1961.

CENTRO INTERNACIONAL DE ENSEÑANZA (1914). Método ICS, 4 libros, con 50 fonogramas. París: Imp. Desfos­sés & Madrid: Calle Alcalá.

GUIBERT, T. (1948). El Francés al alcance de los niños. Método graduado y completo para aprender a hablar y a escribir este idioma. Libro primero. Barcelona: Seix y Barral Hnos.

KUCERA, Enrique (1949). Francés. Primer curso. Barcelona : Editorial Kucera.

PUJULÀ REBOURS, Germana (1941). Mon livre de français. Cours préparatoire. Barcelona: Ramón Farré y Asencio.

SOLANO, A. (1914). Méthode de français. Madrid: Imp. y Lit. de Julián Palacios.

Para mayor información acerca de las obras de cada autor, véase Suso&Fernández, 2008.

Principio(s)

El método directo parte de una concepción diferente de la lengua de la presente en el MT: no es el medio de expresión del pensamiento, sino un organismo vivo (que crece, que se desarrolla), y tangible físicamente (mediante su forma oral: cf. las leyes fonéticas y el API, véase /Alfabeto Fonético Internacional/), que una comunidad establece como medio de comunicación. Interesa por tanto dominar tal instrumento de modo práctico, en su forma oral de modo prioritario. Berlitz plantea en su Prefacio que su método (que puede considerarse como una plasmación del Método directo) aplica de modo metódico  "les lois naturelles qui permettent d'apprendre une langue étrangère par un séjour à l'étranger". Tales leyes se basan en el principio "directo":

Un enseignement des mots étrangers sans passer par l'intermédiaire de leurs équivalents français, mais aussi à celui de la langue orale sans passer par l'intermédiaire de sa forme écrite, et à celui de la grammaire étrangère sans passer par l'intermédiaire de la règle explicitée (Puren, 1988 :  95).

De tales leyes naturales, consideradas como naturales, emanan una serie de fundamentos psico-lingüísticos, en los que se apoya el MD:

a) « la pensée doit être liée directement avec les mots qui l'expriment » (Berlitz). El acceso al sentido de las palabras (y de las frases pronunciadas) debe hacerse directamente, sin pasar por la intermediación de la lengua materna: la apelación de método directo encuentra aquí todo su sentido frente al modo de hacer de los métodos "indirectos" (como el MT). Se establece así como principio: "L'enseignement des mots étrangers sans passer par l'intermédiaire de leurs équivalents français. Le professeur explique le vocabulaire à l'aide d'objets ou d'images, mais ne traduit jamais en langue maternelle. L'objectif est que l'apprenant pense en langue étrangère le plus tôt possible" (Berlitz).

b) el aprendizaje de una lengua extranjera consiste en la adquisición de una serie de hábitos "de langue et d'oreille", puesto que el aprendizaje lingüístico se produce mediante una asociación mental palabra-sentido (o acceso directo al sentido). Tal es el modo en que los bebés aprenden la lengua materna, y tal es el funcionamiento natural de toda lengua, según los experimentos efectuados por F. Francke (in Reinfried, 1990 : 137-138): el método directo se caracteriza así por ser un método "natural" (según sus defensores), que quiere reproducir en clase el mecanismo de asimilación de la lengua materna: la inmersión.

c) para ello, se establece el empleo exclusivo de la lengua materna y la práctica de la traducción queda prohibida. De este modo, se consigue que el alumno pueda pensar "directamente" en lengua extranjera.

d) el aprendizaje de la gramática se efectúa de modo inductivo: a partir de los ejemplos, el profesor conduce a los alumnos hacia la observación de las regularidades (en aplicación del principio: "no enseñar al alumno lo que puede descubrir por sí mismo"). La gramática explícita debe reservarse por ello para una fase de aprendizaje posterior (segundo año).

Como principios pedagógicos, se establece la necesidad de la motivación del alumno según centros de interés cercanos al mismo y la participación activa del alumno en su propio aprendizaje. Por ello, el MD comparte la misma filosofía pedagógica con el método activo.

Objetivos y contenidos

El MD persigue como objetivos lingüísticos el aprendizaje de la lengua extranjera para permitir la comunicación real del alumno con los locutores de la misma. Como explicita la Circulaire francesa (1901) anteriormente citada : "Le but principal de l'enseignement des langues étrangères est d'apprendre à les parler et à les écrire", es decir,  "la possession effective de la langue". Ello implica la adquisición de la capacidad de comprensión oral y de expresión oral espontáneas, e incluye como corolario la búsqueda de una pronunciación correcta. En cuanto al objetivo cultural, se centra en la presentación de la civilización contemporánea, los modos de vida de la gente del país cuya lengua se aprende, como mecanismo a la vez de formación y de motivación.

El viento de la modernidad llega igualmente a España, si bien de modo más tímido: el Plan de estudios de 1900 indica así que: "No hay necesidad de consignar hasta qué punto debe ser práctico el trabajo de estu­diar[...]"  las lenguas vivas, y se propugnan los objetivos siguientes como ha quedado indicado anteriormente :

La lectura correcta, la traducción y la redacción corrientes deben ser el objeto principal, y si además en las clases se acostumbran desde el primer día Profesores y alumnos a ir gradualmente em­pleando el len­guaje, resultará la tarea provechosa y el éxito cierto.

Las instrucciones del « Cuestionario de Lenguas Vivas » (18 de agosto de 1900), establecen así los objetivos siguientes:

Francés e Inglés. Estas lenguas vivas no han de es­tudiarse con un fin de cultura filológica, sino con un fin práctico de aplicación a los usos de la vida. Cuanto al francés, traducirlo y hablarlo; cuanto al inglés, bastará con leerlo y traducirlo.

Tal objetivo ("el fin práctico") estaba presente desde las instrucciones que desarrollan la Ley Moyano (1861 y siguientes), y desembocaba en los tradicionales ejercicios de aplicación de las principales dificultades gramaticales [véase /Método tradicional/], no estando presentes en los manuales prácticos (Piferrer, Delaborde, Mendizábal, adaptaciones de Ahn...) sino en las Escuelas profesionales superiores. El MD plantea igualmente unos objetivos generales de formación, como son el desarrollo de la capacidad de observación y de inducción (Jespersen 1907: 20), así como la rapidez de reflejos y la improvisación a través de la gimnasia intelectual que impone el ejercicio de la lengua oral. Por otra parte, constituye un potente instrumento en el que ejercer la intuición, en las actividades de comprensión del sentido de las palabras y de los textos (a partir de la búsqueda del sentido global). Finalmente, como todo método activo, favorece la curiosidad intelectual a la vez que la expresión libre y la creatividad del alumno.

Consecuentemente, los contenidos propuestos consisten en una selección del vocabulario (vocabulario corriente), para ajustarlo a los centros de interés de los alumnos, y permitir la comunicación de la experiencia personal y social (categorías espacio-temporales; centros de interés; modos de vida). La gradación de tales contenidos se efectúa mediante círculos concéntricos cada vez más amplios a partir de la realidad del alumno (escuela, familia, pueblo, país...). La lengua propuesta es por tanto la lengua corriente, tal como es utilizada todos los días por los locutores normales. La progresión adopta de este modo los principios del paso de lo conocido a lo desconocido, de los concreto a lo abstracto, de lo simple a lo complicado, de lo particular a lo general, principios básicos de todo método desde Descartes. Si en esta cuestión el MD recoge una tradición secular, que comparte con el método práctico, se aleja de este en cuanto al mecanismo de adquisición de la lengua (natural y directo en el MD; mediante el recurso a la lengua materna, o indirecto, en el método práctico). La  gramática, como contenido explícito que es preciso aprender, queda relegada al nivel superior, lo cual no significa que esta no intervenga dentro de los criterios de selección y de presentación de los textos de apoyo, desde las primeras lecciones, si bien subordinada a las necesidades de comunicación establecidos (véase la progresión de los contenidos en los manuales Berlitz, de la Valette o Mme. Camerlynck).

Actividades

El acceso directo al sentido impone el uso desde el primer momento de la lengua meta. Las primeras lecciones deben impartirse oralmente, sin proporcionar al alumno ningún tipo de representación gráficas de la lengua. Para ello, el profesor debe dotarse de una serie de técnicas de trabajo sin las cuales la clase de lengua es un fracaso. Así:

  1. Para favorecer la comprensión:
  1. Para favorecer la expresión:

La enseñanza de la pronunciación cambia radicalmente con respecto al MT:

No es por tanto el conocimiento de las reglas (referentes a la escritura de la lengua oral y a la oralización de un escrito) lo que se pretende, sino un saber hacer: pronunciar correctamente, tanto en el ritmo y la entonación cuanto en la ejecución de los diversos sonidos, puesto que el profesor, que conoce la descripción articulatoria de cada sonido, es capaz de reproducirlo él mismo y de hacerlo reproducir a sus alumnos.

P. Sicart resume de este modo el MD:

Este método enseña el francés sin la intervención de la lengua materna. Nada de traducción. Los libros permanecen cerrados. Para sugerir el sentido de las palabras, se las asocia a la vista de las cosas y de los seres. Una vez nombrado el objeto, es enseguida postrado y tocado. El alumno nombra, muestra y toca a su vez; después, repite frases cortas, cuyo sentido le es evidente. Se avanza paso a paso. Se estudia la clase, medio natural donde maestros y alumnos evolucionan. Poseídos los elementos del lenguaje, familiarizados los niños con los sonidos franceses, se estudian los árboles, la Naturaleza, la casa, sirviéndose de grabados, de cuadros, de objetos traídos a clase. Y la gramática se aprende en vivo, sin previa teoría; las reglas dimanan de frases tipos lógicamente graduadas. La gramática se convierte así en una comprobación del uso, como dicen los protagonistas del método directo en Francia, señores Schweitzer y Simonnot (Sicart, 1947: 24-25).

Javier Suso López

Bibl.:

Fuentes primarias

Fuentes secundarias