Universitat Rovira i Virgili

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Diccionario de historia de la enseñanza del francés en España (siglos XVI-XX)

INSTITUT-ESCOLA DE BARCELONA (1931-1939)

Por el Real Decreto de 9 de octubre de 1931, el presidente de la República Niceto Alcalá Zamora y Torres y el Ministro de Instrucción Pública y Bellas Artes Marcelino Domingo y Sanjuán, facultaban a la Generalitat de Cataluña para organizar, con carácter de experimentación pedagógica, un Instituto-Escuela de acuerdo con las necesidades y características especiales de la región catalana. La creación del Institut-Escola respondía al carácter de centro piloto de igual forma que ocurriera con sus homólogos de Madrid, Sevilla y Valencia. El 26 de octubre de aquel mismo año, otro decreto, esta vez  de la Generalitat de Cataluña, creaba el Institut-Escola concediéndole para sus instalaciones el antiguo Palacio del Gobernador del Parque de la Ciutadella. El 3 de febrero de 1932 el centro acogía a sus primeros alumnos cerrando sus puertas en enero de 1939, siete años más tarde. El Instituto-Escola, dirigido por Josep Estalella, gozó de un gran prestigio en su época. En aquellos momentos el Estado tenía un instituto de enseñanza secundaria en cada capital de provincia. Estalella, licenciado en Física, había trabajado como profesor en el instituto provincial de Gerona. En 1919 le ofrecieron una cátedra en el Instituto-Escuela de Madrid. Allí trabajó hasta 1921. Por motivos familiares regresó a Cataluña ocupando entonces una plaza en el instituto provincial de Tarragona. En dicho centro permaneció durante la Dictadura de Primo de Rivera. Con la llegada de la República, en 1931, se abrieron nuevamente las puertas a la reforma de la enseñanza en España. En ese nuevo marco, y gracias a la buena relación en materia educativa entre Madrid y Barcelona, tuvo lugar la creación del Institut-Escola de Barcelona. Josep Estalella fue recomendado por la Junta de Ampliación de Estudios de Madrid para dirigir tal proyecto. No olvidemos que Estalella se había preparado bajo las directrices metodológicas de Francisco Giner de los Ríos y su equipo de profesores. El Institut-Escola se proponía la formación integral del ser en todos sus aspectos: desarrollo de la inteligencia, del sentimiento, del carácter, es decir, el desarrollo de su personalidad. Se pretendía llegar a un equilibrio entre la unidad del grupo -y del comportamiento colectivo de la escuela- y el respeto a la libertad del alumno. Se hacía necesario inculcar no tan sólo conocimientos sino que además se trataba de ejercitar facultades en los alumnos. Los principios inmutables eran: la honradez, el respeto al mundo y a la gente, y la entrega absoluta al bien común. La idea básica de Josep Estalella consistía en afirmar el valor pedagógico de la familia. De ahí que él defendiera que una institución pedagógica debía parecerse a un hogar. Por ese motivo se intentaba adoptar un sistema de enseñanza-aprendizaje que tratara de reconstruir el ambiente que se da en el medio familiar. Estalella propugnaba también que el profesorado no se limitara a su asignatura sino que manifestara interés por la marcha del conjunto de la escuela. Toda actividad que en ella se hiciera era importante. El centro contaba, en lo que a su régimen laboral se refiere, con dos tipos de profesores: el profesor numerario y el profesor complementario. Los primeros pertenecían al cuerpo de funcionarios del Ministerio de Instrucción Pública y eran acogidos en el Institut-Escola en comisión de servicios. Los segundos dependían exclusivamente de la Generalitat de Cataluña y eran profesores licenciados propuestos anualmente por la dirección del centro al Consell de Cultura. Josep Estalella procuró siempre hacer una buena selección del profesorado, acorde con su idea de que el profesor era la pieza más importante en lo relativo a la enseñanza. Cada profesor gozaba de bastante autonomía en el seno del Institut-Escola, lo que le daba una importante libertad de acción. No obstante, el lema era el trabajo conjunto y la cooperación entre profesores, dando un enfoque transversal a la educación. Un ejemplo de ello lo encontramos en la colaboración llevada a cabo entre los profesores de idiomas y los de música: "En la qüestió fonètica, els professors de música Ernest Cervera i Hermenegild Xercavins ajudaven a fixar-la i a fer que els nois i noies aprenguessin de memoria girs i formes de llenguatge, proporcionant cançons franceses, angleses o alemanyes." (Domènech, 1998: 233).

En el mes de marzo de 1932 se publicó el primer número del Butlletí del Institut-Escola que seguiría apareciendo, con más o menos regularidad, hasta el año 1937. El Butlletí se proponía ser un medio informativo y divulgativo dirigido a alumnos y familias. Como dato significativo que corrobora la preocupación por el aprendizaje de lenguas modernas en este centro, cabe resaltar que el número 21 del Butlletí, correspondiente a febrero de 1937, fue reeditado por el Comissionat de Propaganda de la Generalitat de Catalunya, ofreciendo una versión en lengua francesa y otra en lengua inglesa. Asimismo, en el Noticiari del número 8 del Butlletí del Institut-Escola de diciembre de 1932 aparece, bajo el título "Classes de idiomes", la siguiente información: "Han estat inaugurades aquest mes les classes d'idiomes moderns que estan assignades als cursos superiors del nostre Institut-Escola. Aquestes classes estan dedicades als idiomes alemany i anglès. Té cura de la classe d'alemany Frau KatherinaAlbers. Aquesta professora dóna també un curs d'alemany exclusiu per als professors. De la d'anglès se n'encarrega interinament, la senyoreta Concepció Casanova. No cal dir que la inauguració d'aquestes classes no afecta per a res a la persistència dels estudis lingüístics de l'Institut-Escola, de català, castellà, francès i llatí." Por otra parte, la opinión pedagógica del director del Institut-Escola se pone de manifiesto constantemente a través de la Editorial del Butlletí. En el primer número Estalella hace referencia a la creación del Instituto-Escuela de Madrid en 1918 y paralelamente se pregunta: "Com s'hapogut fer esperar tants anys la creació d'una institució anàloga a Barcelona?" En el número 4 del Butlletí, Estalella publica un artículo titulado "Educació i energia", en el que se lamenta, por un lado, de los castigos corporales del la escuela tradicional y, por otro, de la disciplina demasiado blanda, como reacción inmediata a tales abusos. La solución propuesta por Estalella queda reflejada en sus conocidas palabras, recogidas en el artículo al que nos acabamos de referir, y que quedaron bien grabadas en el espíritu de sus alumnos: "Jugar i treballar. Jugar amb tota l'ànima, amb el màxim esforç, com si en això hi anés la vida. Treballar amb tota l'ànima, amb el màxim esforç, com si en això hi anés la vida. Elevació de la personalitat del noi, que al marge de la possibilitat d'un càstig (o d'un premi, que és sols un càstig canviat de signe) actua amb forma profundament humana, amb una emocionant justesa. No hi ha res que justifiqui una reacció violenta, ni en el mestre ni en el infant." (Estalella,1932: 4-5). Curiosamente, el Butlletí no fue la única publicación periódica salida del Institut-Escola. Los propios alumnos, coincidiendo con la diada de Sant Jordi del año 1936, publicaron el primer número de la revista Escola, que se convirtió, durante su corta duración, en una plataforma donde los mismos comunicaban sus opiniones, e inquietudes. Se incluían trabajos literarios, escritos sobre arte, chistes, poesías, comentarios de congresos y fiestas, concursos, etc. Por otra parte, en el seno del Institut-Escola se insistía en el cultivo tanto de la fortaleza física como de la interior o espiritual. Para ello se realizaban frecuentemente actividades físicas y deportivas, así como artísticas, literarias y musicales. En Navidad, o a final de curso, se hacían representaciones teatrales, incluso se representó una opereta de Mozart. Profesores y alumnos preparaban conjuntamente los decorados y el vestuario. También se publicaban obras escritas por alumnos y profesores, puesto que la escuela disponía de una imprenta propia. Como ocurriera en el Instituto-Escuela de Madrid, ante la ausencia de libro de texto, el cuaderno de cada alumno adquiría una gran importancia y reflejaba el trabajo realizado, por lo menos el trabajo escrito. Los cuadernos se quedaban habitualmente en el aula y cada profesor los revisaba periódicamente. Del mismo modo, en el Institut-Escola no se hacían exámenes. Los chicos y chicas del Institut-Escola salían del aula muy a menudo, al menos una vez por semana cada grupo. Cada salida representaba siempre un estudio en vivo de una situación. Después de la excursión debía hacerse una reseña redactando las valoraciones o proyectando las incertidumbres surgidas, dando motivo a nuevas bases de trabajo o a la búsqueda de nuevos caminos de investigación. Era la primera vez que, de una forma regular, un instituto oficial de segunda enseñanza llevaba sus clases fuera del aula de una manera programada. 

Referente a la situación lingüística observamos que había cooficialidad de las dos lenguas, catalán y castellano, y libertad de expresión en cualquiera de ellas para profesores y alumnos, excepto en las clases de lengua o idiomas en las que obligatoriamente se hacía el aprendizaje en las lenguas respectivas (catalán, castellano, francés, inglés y alemán). Al igual que en el Instituto-Escuela de Madrid, la enseñanza de lenguas modernas, en especial del francés, gozaba de notable presencia, consolidando su situación tanto en los horarios escolares como en el número de idiomas enseñados. Se promovían también intercambios y correspondencia con centros educativos de otros países. Puede afirmarse que el estatus de las lenguas modernas ganaba día a día posiciones. En cuanto a la metodología adoptada para la enseñanza de las mismas se observa como, de alguna manera, prevaleció el esquema clásico explicación/comprensión/memorización, siendo el principal objetivo la lectura comprensiva en la lengua objeto de estudio. El Método Directo se usaba básicamente al principio del aprendizaje. El contenido gramatical se consideraba complementario y se supeditaba a menudo a las dificultades o faltas cometidas por los alumnos en sus ejercicios de lectura. Por último, la traducción constituía un procedimiento de comprensión y de comprobación de las adquisiciones del alumno. En realidad, el Método Directo se concebía como medio para llegar a un conocimiento de la lengua aprendida que permitiera una comprensión sin ambigüedades. De este modo, gracias a la adopción de dicho método, aunque no fuera de un modo riguroso, se conseguía evitar que el estudiante llevara a cabo una traducción excesivamente literal. De una manera global podemos afirmar que el Institut-Escola supuso un punto de contacto entre el movimiento de Renovación Pedagógica que tenía lugar en Cataluña y España desde principios de siglo y el movimiento innovador que había impulsado la Institución Libre de Enseñanza desde su creación. Fue una experiencia que contribuyó a la aplicación de los principios de la Escola Nova -bandera de los nuevos ideales de acción educativa- a la enseñanza media catalana. No cabe duda de que la labor realizada por los Grupos Escolares de la ciudad de Barcelona, promovidos por el Patronato escolar, y la preparación de sus maestros, fue una semilla bien germinada que florecía ahora en la obra del Institut-Escola.

María Inmaculada Rius Dalmau

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