Universitat Rovira i Virgili

Tornar

Diccionario de historia de la enseñanza del francés en España (siglos XVI-XX)

COURVILLE, ANTOINE (siglo XVIII)

La obra por la que se conoce principalmente a este autor es su Explicacion de la Gramatica Francesa, con el mas facil, y breve modo de entender, y comprehender la Lengua Francesa (Madrid, Domingo Fernández, 1728), dedicada al séptimo duque de Osuna, José María Joaquín Téllez-Girón Benavides (1685-1733). Dado que este fue en 1721 embajador extraordinario en París, pudiera ser que Courville se pusiera entonces a su servicio y lo acompañara cuando regresó a España; pero nada permite asegurarlo. En cambio, sí asegura el propio autor que había sido militar durante algunos años y que en 1728, cuando aparece la Explicacion, llevaba años enseñando su lengua. Por entonces estaría dando clases particulares en Madrid, pero parece ser que también las dio en Salamanca, puesto que es allí donde apareció, impresa por Eugenio García de Honorato y San Miguel, otra de sus publicaciones: una breve cartilla titulada Papel nuevo tocante a la mayor perfeccion de hablar la Lengua Francesa. Esta otra obra se editó sin fecha y actualmente se desconoce su paradero, por lo que no es posible determinar si fue anterior o posterior a la publicada en 1728. En todo caso, de la única descripción que existe de ella, debida a Gonzalo Suárez Gómez, se deduce que era menos voluminosa que la Explicacion. Examinada en sí misma y situada en su contexto español, la Explicacion resulta altamente original: la mayor parte de ella es más bien una introducción a los conceptos gramaticales que una gramática de francés para hispanohablantes. Este último tipo de gramáticas suele tener en la época un carácter fuertemente contrastivo; que no sea esto lo que caracterice la obra de Courville es precisamente lo que más llama la atención de ella. Ciertamente, todos ejemplos que ilustran las explicaciones de la obra, así como su listado de adverbios, están traducidos al español, idioma que sirve igualmente de metalengua para tales explicaciones, pero, por lo demás, los contenidos se plantean como si estuvieran dirigidos a hablantes de lengua materna francesa. La Explicacion se distribuye en tres partes: una primera dedicada a la escritura-pronunciación, una segunda dedicada a la gramática y una tercera consistente en un listado alfabético de frases que empiezan (o que contienen), según la concepción del autor, por un adverbio o una locución adverbial. Ya en el prólogo anuncia Courville que la obra está destinada a quienes desean aprender francés sin saber latín, por lo que, en la segunda parte, la propiamente gramatical, se van definiendo una por una las partes de la oración y se van ejemplificando con el francés, lo que da como resultado, no una obra con la que verdaderamente se pudieran aprender las particularidades morfosintácticas de esta lengua, sino una introducción a los conceptos gramaticales manejados en la enseñanza de la lengua latina y presentados como igualmente esenciales para aprender la francesa. Es posible que el autor lograra en sus clases particulares, además de afianzar la formación gramatical básica que su obra ya ofrecía, ampliar considerablemente aquello en lo que esta era parca para su época: datos más completos y claros sobre el francés, datos que permitieran realmente aprender los paradigmas y usos morfosintácticos de esta lengua. En todo caso, es evidente que en la Explicacion la perspectiva es la inversa: más que poderse lograr con ella el aprendizaje de la lengua francesa gracias a la formación gramatical, el francés se usa como simple medio con que poder ejemplificar esa formación. Una obra tan particular no es, sin embargo, un verdadero mérito de Courville. Toda la segunda parte de su obra, es decir, la que ocupa la mayor parte de ella, es una simple traducción al español de la introducción escrita en francés por Giovanni Veneroni (italianización de Jean Vigneron, 1642-1708) para su gramática del italiano destinada a francófonos, o sea, para Le Maître Italien, de donde saca también Courville el listado de adverbios que entran en las frases de la última parte de su obra. Aunque la edición príncipe de Le Maître Italien se remonta a 1678 (París, Étienne Loyson), Courville se sirvió de alguna reedición revisada, muy probablemente de la séptima edición  parisina de 1696 (imprimida por Edme Couterot). En cuanto a la primera parte, centrada en la pronunciación y la ortografía del francés, Courville completó lo que encontró en Veneroni con lo que halló en la parte correspondiente de la Gramática francesa de Pierre-Paul Billet, cuya primera edición data de 1673 (Zaragoza, s. n.; varias veces reeditada hasta 1708. Veneroni concebía su "Introduction à la Langue Italienne" como una vía de adquisición de la terminología y los conceptos gramaticales por aquellos lectores que los desconocieran por no haber estudiado latín. Tras esa introducción, comenzaba en su obra la gramática del italiano para franceses propiamente dicha, completada con vocabularios, diálogos, etc. Courville, al limitarse a traducir al español esa introducción de Veneroni, desvirtuó la estructura primitiva de su fuente. Con ello, la obra de Courville pudo quizá cumplir una función formativa en gramática, pero debió de defraudar las expectativas de quienes la compraron para aprender francés si no contaron con el auxilio de las clases particulares de Courville o de otro maestro de esa lengua. Esto, añadido a las muchas incorrecciones de lengua y tipografía que presenta la obra de Courville, pudo resultar bastante dañino para su difusión. Máxime cuando, el mismo año de 1728 en que apareció la Explicacion, también se publicaron dos gramáticas contrastivas del francés destinadas a los españoles: la de Francisco de la Torre y Ocón (Nuevo Methodo breve, vtil, y necessario para aprender a escribir, entender, y pronunciar las dos principales Lenguas, Española, y Francesa, Madrid, Juan de Ariztia); y la de José Núñez de Prado (Grammatica de la Lengua Francesa, Madrid, Alonso Balvás); esta última destinada al Real Seminario de Nobles, por lo que contó con el apoyo de los jesuitas y conoció varias reediciones a lo largo del siglo XVIII. En tal contexto, y con las particulares características de la obra de Courville, mal podía esta alcanzar el éxito editorial; de hecho, nunca fue reeditada. Courville continuó hasta mediados de siglo enseñando su idioma en Madrid, lo que posiblemente solo le diera para malvivir; eso es al menos lo que podría desprenderse de la carta que fecha en esa ciudad el 28 de julio de 1745 y que firma como "Antonio Courville, maestro de lengua francesa". En ella solicitaba al profesor de Salamanca y notable jesuita Ignacio Osorio que siguiera ejerciendo la caridad con su mujer e hija hasta que él mismo pudiera socorrerlas.

Manuel Bruña Cuevas

Bibl.: