Universitat Rovira i Virgili

Tornar

Diccionario de historia de la enseñanza del francés en España (siglos XVI-XX)

SOLER Y ARQUÉS, CARLOS (Gerona, 1836–Madrid, 1896)

Nacido en Sant Martí de Viladrau, estudia en el Seminario Conciliar de Vic y se licencia en Filosofía y Letras en la universidad de Zaragoza.  En 1862 gana por oposición la cátedra del Instituto de Huesca. De allí pasa, en 1870, a Badajoz. Luego imparte clases de inglés y de francés en la Escuela Central de Artes y Oficios y, por concurso, es nombrado catedrático en 1888 en el Instituto Cardenal Cisneros de Madrid, donde termina su carrera. De forma paralela a la enseñanza, Soler se dedica a los estudios históricos y filológicos, obteniendo varios premios por Memorias publicadas por la Academia de Ciencias Morales y Políticas de la que era miembro (Los Españoles según Calderón; Ideal de la familia; El socialismo y la Iglesia), o como correspondiente de la Academia de Historia. Colabora en diversas revistas, escribe una novela (El Talismán, 1856), cuadros de costumbres (Veleidad, 1858;  Aquí y allí, bocetos sociales, 1892; Norte y Mediodía, 1895),  libros de viajes (De Madrid a Panticosa, viaje pintoresco a los pueblos históricos, monumentos y sitios legendarios del Alto Aragón, 1878; Huesca monumental, 1884). Publica traducciones del italiano y del portugués. Es colaborador de la Revista Contemporánea donde escribe artículos sobre Mesmer, el doctor Palacín y sobre los ensayos de lengua universal. En 1866 publica su Curso de lengua francesa, y luego Lecciones de lengua francesa divididas en dos cursos (1884, 5ª ed.) que obtiene bastante éxito, pues en 1889 conoce ya  la 15ª edición, seguida de otras (1895, y la última parece ser de 1924), publicadas en uno o dos volúmenes. En 1893 publica un Novísimo Diccionario manual franco-español e hispano-francés. Nos da a conocer sus preocupaciones pedagógicas en dos escritos: Las reformas y la segunda enseñanza. Consideraciones sobre problemas, necesidades y desaciertos, publicado en 1891 (Madrid: Ginés Hernández) y, en el mismo año, La segunda enseñanza y las lenguas vivas.

Sobre sus ideas pedagógicas y el método que se desprende de ellas hay que decir que Soler critica los desórdenes y la anarquía derivados de la revolución de 1868: falta de disciplina, carencia de verdaderos planes. Aboga por una serie de reformas para reorganizar la enseñanza que abarcan las Escuelas Normales, y desde la primera enseñanza hasta la superior. Insiste reiteradamente en que lo fundamental es la educación, antes que la instrucción. La instrucción es la cultura intelectual, mientras que la educación comprende la cultura moral y cívica. En cuanto a la enseñanza de una lengua extranjera, su aprendizaje tiene para Soler una finalidad útil: poder comunicar. Lo primordial es, pues, la práctica antes que la teoría y la gramática. Preconiza la adquisición progresiva y metódica del vocabulario. Las preguntas sobre el texto obligarán al alumno a un esfuerzo de memoria casi imperceptible. Luego la reutilización de las expresiones y del léxico en frases diferentes le permitirá extender sus conocimientos, combinando lo ya estudiado en las lecciones precedentes con lo más reciente de la lección del día. Soler emplea el método de doble traducción: presenta en primer lugar un texto bastante corto, con su traducción interlinear. Las palabras de esta traducción se suprimen poco a poco para desaparecer totalmente al llegar al final del 1r curso. Sigue una segunda traducción en un castellano "correcto" para que el alumno pueda por si mismo comprobar las transformaciones necesarias cuando se pasa de una lengua extranjera a la materna. Ese método de análisis que luego hace la síntesis de las adquisiciones, y por último que enuncia unas reglas generales conocerá un gran éxito. Soler se sitúa, con sus Lecciones, en la línea de pedagogos que preconizan la práctica antes de pasar a la teoría.

Denise Fischer Hubert

Bibl.: