Universitat Rovira i Virgili

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Diccionario de historia de la enseñanza del francés en España (siglos XVI-XX)

MUTUA ESCOLAR BLANQUERNA

La Mutua Escolar Blanquerna, fundada en 1923 y disuelta en 1939 por la autoridades franquistas, fue la sucesora, en el campo de la enseñanza privada, de la que fuera la Escuela Graduada de la Mancomunitat de Cataluña, a su vez producto de la transformación de la que había sido la Escuela Montessori, primero bajo el régimen de la Diputación de Barcelona y posteriormente de la Mancomunitat. Su creación se debió a la organización de una mutua de padres, solidarizados en una obra común, y constituidos en una cooperativa. La condición de mutualistas era adquirida por los padres o responsables de los alumnos mediante el pago de una cuota mínima, global y única de 250 pesetas (Galí, 1979, II: 156 y ss).  La junta de dicha mutua nombró a Alexandre Galí asesor general técnico de la Mutua Escolar Blanquerna en septiembre de 1924. Ese fue el primer año de actividad de la institución. El crecimiento de la escuela Blanquerna será espectacular durante sus años de existencia. Si el curso 1924-25 se iniciaba con 154 alumnos, en 1936 contaba ya con 650 alumnos matriculados. La estructura pedagógica de la Escuela  presentaba el siguiente cuadro: una sección de párvulos -rigurosamente montessoriana- dividida en dos grados; una sección elemental de cuatro grados -el último de ellos repartido en dos para atender de forma especial a los chicos y chicas que harían bachillerato-; la sección denominada de comercio e industria con un plan de estudios de cuatro años; y un grupo destinado a constituir la escuela superior de chicas con un plan también de cuatro años. Los alumnos ingresaban en la escuela de pequeños e iban subiendo hasta las clases superiores de modo que, poco a poco, el centro se procuró una clientela propia, acorde naturalmente a las líneas del mismo. El alumnado procedía de la clase media, muchos comerciantes, algunos industriales y principalmente gente de carreras liberales -médicos, arquitectos, ingenieros...- "A Blanquerna el mestre Galío feria als fills d'una burgesia liberal catalanista una formació cultural i humana de gran qualitat" (Miguel Siguan, "Estudiant de batxillerat" en Institut Jaume Balmes..., 1995: 154). En cuanto a las orientaciones pedagógicas de la Escuela Blanquerna debemos situarlas en una posición esencialmente renovadora de la enseñanza, sin embargo su inspirador, Alexandre Galí, se manifestaba contrario a una ruptura radical con el sistema de enseñanza establecido, procurando salvar de este todo aquello que pudiera ser útil y adaptándose, en líneas generales, a los planes educativos más comunes con el fin de evitar al alumno un desfase respecto a la sociedad y el sistema que le rodeaba. No obstante, la investigación pedagógica siempre estuvo presente en el proceder de Blanquerna donde el principio fundamental fue el reconocimiento del derecho del niño a ser él mismo, considerando que por encima de ese derecho no había ninguno más, es decir, que la incorporación del niño a la sociedad constituida no implicaba la abdicación de su propia personalidad. La educación en Blanquerna se basaba fundamentalmente en la formación de la persona. A los alumnos, más que disciplina, se les exigía respeto.En el centro se llevaba a cabo la coeducación y también la enseñanza religiosa, a cargo de diversos sacerdotes. Uno de los objetivos de Blanquerna era la vinculación de la escuela a la sociedad real en la que el niño vivía y en la que este debería moverse e intentar mejorar en un futuro.

La enseñanza del francés en la Escuela Blanquerna de Barcelona se ofrecía en los estudios de Bachillerato y de Aplicación, iniciándose a partir de los once años. Además, también se enseñaba inglés. En general, los profesores de francés de dicho centro no utilizaban ningún manual para esta materia y, al parecer, enseñaban un francés muy elemental. Normalmente el profesor explicaba la lección y después se realizaban los ejercicios en el cuaderno. Se hacía mucha lectura en francés y no se daba apenas importancia a la pronunciación en comparación con el peso dado a la corrección gramatical. En general el francés era considerado una asignatura complementaria y se trabajaba de forma poco sistemática. El propio Alexandre Galí afirmaba que los resultados de los alumnos de Blanquerna en lenguas extranjeras siempre se manifestaron muy pobres. Tanto fue así que, con el fin de mejorar la situación, se decidió solicitar los servicios de profesores procedentes de las Escuelas Massé. Sin embargo, este hecho no pareció solucionar el problema. Para Galí las causas debían buscarse, por una parte, en la falta de solidez de la lengua materna en Cataluña, donde un bilingüismo mal conducido creaba más conflictos que beneficios, y por otra, en la falta de tenacidad de los alumnos hacia ciertos aprendizajes que requieren un esfuerzo considerable, como es el caso de los idiomas o el solfeo (Galí, 1979, II: 194-195). Con todo, el conjunto de la obra educativa de la Escuela Blanquerna fue muy bien valorado. En más de una ocasión el famoso psicólogo y pedagogo suizo Jean Piaget afirmó que la experiencia pedagógica de Alexandre Galí era una de las realizaciones más logradas que había dado la Escuela Moderna.

María Inmaculada Rius Dalmau

Bibl.: